El movimiento internacional de reforma de la arquitectura y de las artes industriales coincidió en Alemania con unas especiales circunstancias históricas. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, pretendían oponerse a la hegemonía cultural francesa y al universalismo de la ilustración. Estaban en la búsqueda de una identidad cultural, reafirmada durante las guerras napoleónicas.
La modernización aumentó su ritmo tras la unificación, en 1871, de los numerosos estados de Alemania para formar el Imperio Alemán. A diferencia del resto de Europa, en Alemania la ideología latente era la del Volk (pueblo, nación), es decir, en Alemania la reforma artística estuvo desde el principio profundamente implicada en la cuestión de la identidad nacional.
Y es así que desde 1900 Alemania se halla en el centro de la cultura arquitectónica europea, ya que los teóricos y artistas de vanguardia consiguen, con relativa facilidad, dar clases en las escuelas estatales, dirigir las revistas más importantes, orientan las grandes editoriales, organizan exposiciones, influyen ampliamente en la producción industrial y también, en cierta medida, en la política cultural del gobierno, como Muthesius, creador de la Dutsche Werkbund junto con Friedrich Naumann. Alemania da un paso gigantesco a la “modernidad” en comparación con el resto de Europa que poco a poco se va quedando un poco resagado.
La Dutsche Werkbund fue el principal impulso de la reforma artística y cultural. Nació a partir del movimiento alemán de artes y oficios. Se fundó en Munich en 1907 para consolidar esas diversas iniciativas y acelerar la integración del arte y la industria a escala nacional. Su finalidad –dice su estatuto- es ennoblecer el trabajo artesano, relacionándolo con el arte y con la industria.
La Werkbund se posicionó a favor de los artículos de alta calidad para el consumo masivo: “Mucha gente no tiene dinero para contratar artistas y, en consecuencia, muchos productos acabarán fabricándose en serie; para este grave problema, la única solución es dotar de significado y espíritu, por medios artísticos, a esa producción en serie”. Es decir resaltaba la necesidad de acortar las distancias que se habían establecido entre los artistas y los fabricantes con la producción mecanizada.
Muthesius se encuentra estrechamente relacionado con la idea de Gestalt. Se le llama Gestalt a la forma. Y este concepto surge de la necesidad de incorporar la máquina a los principios artísticos del Arts & Crafts, en el cual se tomaba al artista como alguien que –daba forma-. Así en un congreso del Werkbund, el escultor Bosselt presentó el concepto de Gestalt, y lo reafirmó Muthesius, sosteniendo que la Gestalt debía tener prioridad sobre la función, el material y la técnica.
Así relacionado con esta idea de Gestalt, Muthesius establece el concepto de Typisierung (tipificación), es decir el establecimiento de formas estándar o típicas.
Decía que sólo mediante la tipificación “la arquitectura puede recuperar el antiguo significado general que le correspondió en épocas de cultura armónica”.
Para muchos de la Werkbund la degeneración del gusto moderno no se debía a la máquina como tal, sino al desorden cultural causado por el funcionamiento del mercado y al efecto desestabilizador de la moda. Buscaban crear un cierto equivalente moderno de los gremios medievales.
El Typisierung de Muthesius fue severamente criticado, especialmente por Henry Van de Velde. Así surgieron 2 grupos contrarios, ambos creían que, en las condiciones de la producción mecanizada, la división del trabajo había apartado la técnica del arte y que era necesario reintroducir al artista en el proceso de producción. Sin embargo, diferían en su interpretación del papel del artista. La postura de Muthesius parece progresista, pero la concepción de Van de Velde era más moderna. Muthesius es apreciado por la fusión de dos ideologías; una, burocrática y nacionalista; y la otra, de voluntad clasicista y normativa.
De estos dos bandos, surge una batalla entre el concepto de tipo defendido por Muthesius y la espontaneidad exigida por Van de Velde. Del grupo clasicista, tenemos a Heinrich Tessenow y a Peter Behrens. Ellos dos serían comparados con Gropius, quien mantenía una postura intermedia entre ambos grupos.
Tessenow se preocupaba principalmente por el problema de la vivienda colectiva y el problema de la repetición. Sus proyectos se apoyaban en una teoría social que idealizaba la pequeña burguesía como fundamento del tradicional orden social alemán. Rechazaba la civilización industrial casi tan extremamente como Ruskin.
Behrens se interesó por las implicaciones místico-simbólicas de la geometría. Esto originó su rechazo del Jugendstil a favor del clasicismo, paso que se produjo en paralelo a la aparición de la idea de Gestalt dentro de la Werkbund. Él trabajo en la fábrica de turbinas de la AEG en Berlín, en la cual fue responsable de todo el trabajo de diseño de la misma, lo que incluía logotipos, productos de consumo y edificios: un perfecto ejemplo de ese ideal formulado por Muthesius de la colaboración entre el artista y la gran industria. Beherns fue la figura clave para comprender este momento esencial en la historia de la arquitectura, como ejemplo del trabajo práctico.
Imágenes:
Casa Freudenberg (1907-1908) de Muthesius
Caricatura de van de Velde, Muthesius y artesano (?)(?)
Prototipo para casa de trabajadores (1908) Tessenow
Cartel para la AEG (1908) Behrens
Referencias:
Benévolo, Leonardo. Historia de la Arquitectura Moderna. Barcelona, GG, 1990 (6ª ed.).
Colquhoun, Alan. La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Barcelona, GG. 2005.
La modernización aumentó su ritmo tras la unificación, en 1871, de los numerosos estados de Alemania para formar el Imperio Alemán. A diferencia del resto de Europa, en Alemania la ideología latente era la del Volk (pueblo, nación), es decir, en Alemania la reforma artística estuvo desde el principio profundamente implicada en la cuestión de la identidad nacional.
Y es así que desde 1900 Alemania se halla en el centro de la cultura arquitectónica europea, ya que los teóricos y artistas de vanguardia consiguen, con relativa facilidad, dar clases en las escuelas estatales, dirigir las revistas más importantes, orientan las grandes editoriales, organizan exposiciones, influyen ampliamente en la producción industrial y también, en cierta medida, en la política cultural del gobierno, como Muthesius, creador de la Dutsche Werkbund junto con Friedrich Naumann. Alemania da un paso gigantesco a la “modernidad” en comparación con el resto de Europa que poco a poco se va quedando un poco resagado.
La Dutsche Werkbund fue el principal impulso de la reforma artística y cultural. Nació a partir del movimiento alemán de artes y oficios. Se fundó en Munich en 1907 para consolidar esas diversas iniciativas y acelerar la integración del arte y la industria a escala nacional. Su finalidad –dice su estatuto- es ennoblecer el trabajo artesano, relacionándolo con el arte y con la industria.
La Werkbund se posicionó a favor de los artículos de alta calidad para el consumo masivo: “Mucha gente no tiene dinero para contratar artistas y, en consecuencia, muchos productos acabarán fabricándose en serie; para este grave problema, la única solución es dotar de significado y espíritu, por medios artísticos, a esa producción en serie”. Es decir resaltaba la necesidad de acortar las distancias que se habían establecido entre los artistas y los fabricantes con la producción mecanizada.
Muthesius se encuentra estrechamente relacionado con la idea de Gestalt. Se le llama Gestalt a la forma. Y este concepto surge de la necesidad de incorporar la máquina a los principios artísticos del Arts & Crafts, en el cual se tomaba al artista como alguien que –daba forma-. Así en un congreso del Werkbund, el escultor Bosselt presentó el concepto de Gestalt, y lo reafirmó Muthesius, sosteniendo que la Gestalt debía tener prioridad sobre la función, el material y la técnica.
Así relacionado con esta idea de Gestalt, Muthesius establece el concepto de Typisierung (tipificación), es decir el establecimiento de formas estándar o típicas.
Para muchos de la Werkbund la degeneración del gusto moderno no se debía a la máquina como tal, sino al desorden cultural causado por el funcionamiento del mercado y al efecto desestabilizador de la moda. Buscaban crear un cierto equivalente moderno de los gremios medievales.
El Typisierung de Muthesius fue severamente criticado, especialmente por Henry Van de Velde. Así surgieron 2 grupos contrarios, ambos creían que, en las condiciones de la producción mecanizada, la división del trabajo había apartado la técnica del arte y que era necesario reintroducir al artista en el proceso de producción. Sin embargo, diferían en su interpretación del papel del artista. La postura de Muthesius parece progresista, pero la concepción de Van de Velde era más moderna. Muthesius es apreciado por la fusión de dos ideologías; una, burocrática y nacionalista; y la otra, de voluntad clasicista y normativa.
De estos dos bandos, surge una batalla entre el concepto de tipo defendido por Muthesius y la espontaneidad exigida por Van de Velde. Del grupo clasicista, tenemos a Heinrich Tessenow y a Peter Behrens. Ellos dos serían comparados con Gropius, quien mantenía una postura intermedia entre ambos grupos.
Tessenow se preocupaba principalmente por el problema de la vivienda colectiva y el problema de la repetición. Sus proyectos se apoyaban en una teoría social que idealizaba la pequeña burguesía como fundamento del tradicional orden social alemán. Rechazaba la civilización industrial casi tan extremamente como Ruskin.
Behrens se interesó por las implicaciones místico-simbólicas de la geometría. Esto originó su rechazo del Jugendstil a favor del clasicismo, paso que se produjo en paralelo a la aparición de la idea de Gestalt dentro de la Werkbund. Él trabajo en la fábrica de turbinas de la AEG en Berlín, en la cual fue responsable de todo el trabajo de diseño de la misma, lo que incluía logotipos, productos de consumo y edificios: un perfecto ejemplo de ese ideal formulado por Muthesius de la colaboración entre el artista y la gran industria. Beherns fue la figura clave para comprender este momento esencial en la historia de la arquitectura, como ejemplo del trabajo práctico.
Imágenes:
Casa Freudenberg (1907-1908) de Muthesius
Caricatura de van de Velde, Muthesius y artesano (?)(?)
Prototipo para casa de trabajadores (1908) Tessenow
Cartel para la AEG (1908) Behrens
Referencias:
Benévolo, Leonardo. Historia de la Arquitectura Moderna. Barcelona, GG, 1990 (6ª ed.).
Colquhoun, Alan. La arquitectura moderna. Una historia desapasionada. Barcelona, GG. 2005.
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